Edicion / marzo 20, 2024

Categoría: SomiSur

“El agua bien Común”

  1. Oración Inicial

!Oh, Dios Creador de la Vida!, fuente y manantial inagotable de amor, nos reunimos en este día para darte gracias por nuestra hermana, el agua,  líquido precioso y sagrado, que hoy más que nunca, está en riesgo, no solo porque la estamos contaminando, sino porque la quieren convertir en objeto del mercado, con la cual obtener ganancia los intereses de unos pocos sobre el bien común.  Nos reunimos para pedir la sabiduría del Espíritu Santo para que seamos capaces de conservarla y protegerla.

Los invitamos a ver el siguiente video

https://www.youtube.com/watch?v=1qAg6cGPNDY video en Español

https://www.youtube.com/watch?v=SRha7Sh_W_E Video in English

https://www.youtube.com/watch?v=cZOmt_jLKFA  video in Frances

Contexto e historia

Lavarse las manos es esencial para contener la propagación de COVID-19 y muchas otras enfermedades infecciosas.

Por desgracia, casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus.

Este año La ONU nos invita a poner nuestra atención en el binomio agua y el cambio climático, ya que se encuentran inextricablemente vinculados, y además como lema EL AGUA BIEN COMÚN.

Adaptarnos paulatinamente a los efectos que el cambio climático permite que podamos salvar vidas y afrontar mejor los problemas de salud.  Si nosotros usamos el agua de manera más eficiente y exigimos que las grandes empresas también lo hagan reduciremos los gases de efecto invernadero.  

Tres mensajes clave para este día:

No podemos darnos el lujo de esperar. Los responsables de la política climática deben poner el agua como Bien común en el centro de los planes de acción.

Administrar el agua como Bien Común puede ayudar a combatir el cambio climático. Existen soluciones de agua y saneamiento sostenibles, asequibles y escalables, es hora de ponerlas en práctica.

Todos tenemos un papel que desempeñar. En nuestra vida diaria, hay pasos sorprendentemente fáciles que todos podemos adoptar, para abordar el cambio climático.  Así como en nuestra vida política, exigiendo a las empresas y a los gobiernos que asuman sus compromisos de no contaminar las fuentes de agua y no permitir que el agua se convierta en un objeto del mercado.

Historia de este Día

La primera vez que se celebró el “Día del Agua” fue en 1993. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro, en 1992 fue donde surgió la idea de celebrar este día.  Ese mismo año, la Asamblea General adoptó la resolución por la que el 22 de marzo de cada año se declara Día Mundial del Agua.

A esta celebración, se añadirían posteriormente eventos anuales específicos en torno al agua (por ejemplo, el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013) e incluso decenios de acción (como es el caso del actual Decenio «Agua para el Desarrollo Sostenible», 2018-2028). Todo ello no hace sino reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.

El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2 200 millones de personas viven sin acceso a agua potable. Esta celebración tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua, reconocer el agua como bien Común y la necesidad de buscar medidas para que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.

Salmo 6:

 “Visitas la tierra y la haces fértil, Y la colmas de riquezas. Los canales de Dios desbordan agua; Y así preparas sus trigales. Riegas los surcos de la tierra, Emparejas sus terrones, las ablandas con aguaceros. Y bendices sus brotes. Tú coronas el año con tus bienes; Y a tu paso rebosa la abundancia. Rebosan los pastos del desierto; Y las Colinas se ciñen de alegría. Todos ellos te aclaman y cantan”.

 El agua que fluye, es una metáfora apropiada para el Espíritu Santo y la nueva vida que recibimos en Cristo, A lo largo de las escrituras podemos ver la importancia que tienen los ríos. De hecho, la Biblia comienza y termina con descripciones de agua corriente. Desde el Jardín del Edén brota un manantial que forma la fuente de los cuatro ríos que riegan la tierra: el Pishon, Gihon, Tigris y Éufrates (Génesis 2,6-10).

En el relato del Génesis podemos leer “y era la tierra áspera y rígida y creó entonces los océanos con agua como manantial” podemos ver como el agua hace parte de los procesos de transformación y creación del Dios de la vida.

 El Agua en la Biblia nos indica el origen, la transparencia y la claridad, también el agua está presente como símbolo de salvación, Moisés salvado de las Aguas, el pueblo de Israel que atraviesa las aguas para ir hacia la tierra prometida.

En el evangelio de Juan, cuando Jesús se encuentra con la mujer samaritana en el pozo, le dice que él puede darle agua viva, agua de tal naturaleza que no tenga ya nunca sed (4,1-14).

 Una de las primeras referencia que encontramos en la Autobiografía es su experiencia  de sentirse salvado de las Aguas, Lugar donde acontece plenamente  la presencia de Dios.  Claret. Descubre a Dios en los acontecimientos de su vida: “La divina providencia siempre ha velado sobre mí de un modo particular” (Aut 7). Esto quiere decir que Antonio descubría a Dios no solo en el templo, no solo en las cosas religiosas, sino también en los acontecimientos de su vida. Podríamos decir que Claret vio la providencia de Dios: “Un día fui… hallándome a la orilla del mar, se alborotó de repente y una grande ola se me llevó y después de aquélla, otra. Me vi de improviso muy mar adentro y me causaba admiración al ver que flotaba sobre las aguas sin saber de nadar y, después de haber invocado a María Santísima, me hallé en la orilla del mar, sin haber entrado en mi boca ni una gota de agua” (Aut 71)

 También la Autobiografía del encontramos algunas referencias directas en las Claret que evidencia y describe las enfermedades y dificultades por no tener agua (AUT 178 y 837).  837: “A mí me afectó tanto, que me causó una grande diarrea, y como en La Granja son fatales las diarreas por razón de las aguas, pues cada año se mueren algunos de la comitiva de eso, tomé de aquí ocasión para irme a Cataluña y separarme de la Corte con ese pretexto y disimularme mi intención, porque como en estos días se hallaba en los cuatro meses de embarazo, le podía causar un aborto. Me decía y me suplica[ba] con gemidos, suspiros y lágrimas que no me fuera. Yo le contestaba que me era preciso irme para salvar mi vida que demasiado sacrificio había hecho en los ocho años y meses que había estado a su lado, y que, finalmente, no me exija el sacrificio de la vida”.

 También Claret   hace referencia al agua como símbolo para evangelizar:   118. El Señor me dio a conocer que no sólo tenía que predicar a los pecadores sino también a los sencillos de los campos y aldeas había de catequizar, predicar, etc., etc., y por esto me dijo aquellas palabras: Los menesterosos y los pobres buscan aguas y no las hay; la lengua de ellos se secó de sed. Yo el Señor les oiré; yo el Dios de Israel no les desampararé (ib., 17). Yo haré salir ríos en las cumbres de los collados y fuentes en medio de los campos, y los que en el día son áridos desiertos, serán estanques de buenas y saludables aguas (ib., 18).

336: “Al pasar cerca de un río le hablaba cómo el agua nos enseña a pensar que andamos a la eternidad”.

680: “La tierra, finalmente, necesita agua para producir: yo necesito la gracia para hacer obras buenas.”

Todos y Todas:  Arraigadas y arraigados en nuestro Carisma Misionero, y al contemplar lo que es más Urgente, Oportuno y Eficaz. Buscando siempre la mayor gloria de Dios y la Salvación de la Humanidad, Nosotros como familia claretiana.

 AFIRMAMOS:

 ∙ El agua es un don sagrado que vincula toda la vida.

 ∙ El acceso al agua limpia como un derecho humano básico.

∙ El valor del agua fresca de la tierra para el bien común tiene prioridad sobre cualquier valor comercial.

∙ El agua fresca es un legado común, un bien público y una responsabilidad colectiva.

Por lo tanto, como miembros de la Familia Claretiana y asumiendo nuestra dimensión profética, nos comprometemos a realizar lo que podemos en nuestras vidas personales, comunitarias y en nuestras presencias misioneras para educarnos a nosotras y nosotros mismos y a compartir con otros para tomar acciones en defensa del agua como bien común.

APOYAMOS acciones y políticas que:

∙ Aseguren el acceso universal a agua suficiente, asequible y segura para todos, especialmente los más vulnerables.

∙ Protejan el agua potable como un recurso sustentable y renovable.

∙ Implementen los objetivos de desarrollo Sostenible de la agenda 2030, especialmente el objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos y todas 

NOS OPONEMOS a acciones y políticas que:

∙ Pongan en riesgo el abastecimiento mundial del agua fresca. Priven a los humanos y a otras especies el acceso al agua adecuada y segura, esencial para la vida.

∙ Favorezcan la privatización del agua como una mercancía que se compra, cuando en realidad es un patrimonio común. 

. Favorezcan estrategias extractivistas que contaminen las aguas de la diversidad de afluentes que irrigan la tierra, colaborando a destruir la vida en su biodiversidad.

Dios Creador, cuyo Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas, que reúnes a los mares en sus lugares y diriges el curso de los ríos, que envías la lluvia a la Tierra para que produzca vida: te alabamos por el don del agua. Infunde en nosotras y nosotros un sentido de asombro y deleite por éste y todos tus dones, para que podamos recibirlos con gratitud, los cuidemos con amor y generosamente los compartamos con todas tus criaturas, para honor y gloria de tu nombre. AMÉN


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