En esta fecha, hacemos presente todas las acciones, proyectos de tantas organizaciones sociales y políticas, como así ponemos especial atención a las políticas públicas de los Estados para poner fin a la pobreza.
Además es un llamado a seguir contribuyendo con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), especialmente el ODS Nº1 FIN DE LA POBREZA.
En el mundo hay unos 783 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza internacional, viven con 1,90 dólares diarios.
La pobreza no puede ser erradicada sin que se ataquen las profundas desigualdades, provocadas por la brecha en los ingresos y las oportunidades económicas entre los países centrales y los “dependientes”. Hablar de la pobreza, ineludiblemente nos hace pensar en derechos vulnerados y en aquellos sectores concentrados que se enriquecen, reproduciendo este sistema que hipoteca el futuro de otros, endeudándolos y obstaculizando toda posibilidad de crecimiento.
Francisco en el documento “Laudato Si”, nos alertaba “La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro. La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”
Estamos llamadas todas las comunidades cristianas, no solo a contribuir al fin de la pobreza, sino también a denunciar las causas estructurales que atentan contra la vida de tantas hermanos y hermanas.
SOMI-JPIC San José del Sur
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